El fallecimiento del joven cerrillano Patricio Guanca durante la Guerra de las Malvinas, sin lugar a dudas, fue un hecho que trasladó la lucha desde el Atlántico Sur hasta suelo salteño. Este trágico acontecimiento conmocionó a la comunidad de Cerrillos y a todo el país. “Fue sentir el dolor en carne propia”, contó Mercedes, una vecina de la localidad del Valle de Lerma.
El 2 de abril de 1982, Argentina inició la recuperación de las Islas Malvinas. Sin embargo, al día siguiente, Guanca cayó abatido por fuego enemigo mientras cumplía su misión de ocupar Grytviken y mantener Puerto Leith. La corbeta en la que se encontraba su grupo fue atacada por los ingleses. Tras la lamentable noticia y los trámites de rigor, sus restos llegaron a Salta y fueron trasladados luego a Cerrillos, su tierra natal, donde el pueblo lo recibió como a un verdadero héroe. Cientos de personas asistieron al funeral y decenas de medios de comunicación de todo el país realizaron la cobertura.
Para muchos cerrillanos, la llegada de los restos de Patricio al pueblo significó un momento de profundo dolor, angustia e incertidumbre. “Recuerdo que hubo un silencio tan profundo que jamás lo voy a olvidar”, recordó un vecino de Villa Los Tarcos. Es inevitable para los salteños y especialmente para los cerrillanos recordar a Patricio Guanca cuando se habla de las Islas Malvinas. Este joven héroe de la gesta nació en la finca San Miguel de Cerrillos, el 28 de junio de 1957. En 1974, con tan solo 17 años, se incorporó a la Escuela de Mecánica de la Armada, graduándose el 1 de enero de 1975 y siendo promovido a cabo segundo de Mar el 31 de diciembre de 1979.
