En las últimas horas el ministro de Minería de la provincia de Catamarca, Marcelo Murua, confirmó lo que los pobladores del área cordillerana de esta provincia norteña venían denunciando ante el silencio empresario: el 4 de febrero un camión de la operadora Livent Corporation – Minera del Altiplano, volcó a 15 kilómetros de la mina Fenix, derramando 20.000 litros de ácido que estaban destinados a insumos de la empresa litífera.
Tras varios días sin ningún tipo de comunicación, la minera señaló que “el siniestro vial se produjo las 21.30 aproximadamente, en el Terraplén a 2 Km del puesto policial Los Hornos. En el lugar, volcó un camión cisterna Scania proveniente de Campo Quijano, Salta, con destino al proyecto de Fénix, debido a las condiciones del camino y a las intensas lluvias registradas en la zona”.
No es la primera consecuencia ambiental del proyecto Fénix: las grandes cantidades de agua –se estima que por tonelada de carbonato de litio final consume entre uno y dos millones de litros- utilizadas por la empresa terminaron por secar el próximo Rio Trapiche. Organizaciones ambientales advierten que la firma estadounidense ya inició obras para construir un acueducto desde el rio Los Patos hasta la mina, poniendo en riesgo otro cauce.
Livent Corporation –con oficinas centrales en Filadelfia, Estados Unidos– opera desde 1996 el proyecto Fénix en el Salar del Hombre Muerto (Antofagasta de la Sierra), en Catamarca. Se estima que su producción anual asciende a 16 mil toneladas que se exportan a plantas industriales que la firma posee en Norteamérica y China.
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