El sargento David Rodríguez junto al cabo Rubén López estaban patrullando la zona rural. Cuando el llamado de auxilio llegó de manera urgente: familia intoxicada con un brasero. El móvil 1.407 salió presuroso hacia el camino de Mirse, en la zona del camino a los vallistos, a unos 4 kilómetros de la ruta nacional 68, en la jurisdicción de La Merced. La familia estaba intoxicada con monóxido de carbono, tres niñas de 9, 6 y un año de edad. El matrimonio de Marcelo Ayala, de 38 años, y su mujer, Narcisa Mansilla. El hombre estaba inconsciente en el piso, mientras que las niñitas y la señora respiraban con dificultad y tosían.
Los uniformados no dudaron un instante al llegar a la casa de inquilinatos en donde vive la familia, sacaron a las niñas, a la mujer y comenzaron a practicarle reanimación a Ayala para que volviera en sí. Fueron algunos minutos. Apenas pudo abrir los ojos el hombre, lo subieron al móvil y salieron raudos con toda la familia hacia el hospital de Cerrillos. La causa era la falta de ambulancias y médicos en el hospital Nicolás Lozano de La Merced. Los policías no dieron vueltas. Por radio informaban que salían con la familia hacia el hospital más cercano. En medio del camino llegó un móvil sanitario del Santa Teresita de Cerrillos. En un rápido transbordo, la familia integra llegó al nosocomio cerrillano. Luego de las primeras atenciones, comenzaron a recuperarse las tres niñas y su madre. Ayala estaba complicado. El cabo y el sargento seguían paso a paso el proceso de recuperación. Luego fueron parte del traslado en código rojo del padre de familia.
Al pasar por el hospital Papa Francisco no pudieron recibirlos porque no estaban en condiciones la guardia en ese momento de la urgencia. El paciente con principios de asfixia finalmente fue llevado al San Bernardo. Ayala fue compensado e internado en observación.”Fue el llanto de la pequeña de un año que los salvó. Apenas se puso a llorar, despertó balbuceante su madre. La señora se dio cuenta de que estaban inhalando monóxido de carbono. Que se estaban asfixiando. Como pudo abrió las puertas, y llamó al 911 porque su marido estaba muy mal” contó el cabo Rubén López.
El padre de familia pudo levantarse de la cama, pero no pudo mantenerse en pie. Se desplomó. Estaba intoxicado. Rodríguez reanimó a Ayala. Luego ayudo López. Fue el lunes a las 22. La familia dormía temprano por el frío reinante y porque al otro día el padre debía levantarse muy temprano para salir a trabajar.
Valle de Lerma Hoy