Aparentemente se había invertido hace cuatro años atrás por esta gran obra, cuya matriz principal tiene una extensión de varios kilómetros desde el lecho del río Rosario hasta la zona de cisternas, alrededor de 4 millones 200 mil pesos. De repente las filtraciones comenzaron a emanar a borbotones desde principios del año pasado. Sobre la calle Hipólito Yrigoyen, cruzando todo el barrio Balbín.
Afanosamente operarios de Aguas del Norte pasaron meses cavando trincheras y trincheras para dar con las pérdidas de agua, dejando, de paso, la calle destruida. Nadie controló nunca estos remiendos sobre una obra de envergadura inaugurada y puesta en la cartelera política de cuanto político pasó por Rosario de Lerma en estos años. Las trincheras volvieron a aparecer. Excavaciones aquí y allá. Agua que corre por las calles desperdiciada y los vecinos sin una gota en sus casas.
El 0800 de Aguas del Norte informaba, displicentemente este jueves, que no era necesario el envío de camiones cisterna porque el “lapsus de obra” estaba por remediarse. Otros comunicados oficiales daban cuenta que el agua había vuelto. Ni uno ni lo otro.
Diez horas sin agua el miércoles y este jueves durante todo el día, para recién reanudar el servicio precario en la madrugada del viernes. 20 horas sin agua, sin avisarles a los vecinos antes para prevenir el horror que se vive sin agua. Los cortes son esporádicos porque se sigue trabajando. Pero la desinversión y el padecimiento es mas que evidente.
Valle de Lerma Hoy