La situación se volvió crítica, ya que durante el desabastecimiento las estaciones de servicio limitaron la venta de combustible a 100 litros por tractor. Muchos productores se vieron obligados a detener sus actividades, paralizando tanto los trabajos en los campos como la generación de empleo en la zona. Algunos agricultores incluso suspendieron temporalmente las labores de preparación del suelo para el cultivo de tabaco.
En el departamento de Chicoana, donde residen 364 productores, la escasez de combustible impactó directamente en las casi 5000 hectáreas de tabaco plantadas o por plantar. Todo el departamento, en promedio, exporta alrededor de 10 millones de kilos de tabaco, lo que demuestra la magnitud del problema que enfrentan.
Además de la crisis del combustible, la falta de agua agravó aún más la situación. La sequía disminuyó drásticamente el caudal de agua disponible para el riego, lo que llevó a una reducción significativa en los turnos de riego para cada productor. Esta escasez hídrica provocó un estrés en las plantas de tabaco y un retraso en su crecimiento, lo que podría afectar negativamente la calidad y la cantidad de la cosecha.
Valle de Lerma Hoy