En la sesión de este jueves, en el Senado Provincial, se destapó una olla que lleva mucho tiempo hirviendo, la idoneidad de la formación que se les dá a los policías para realizar los controles vehiculares en ruta; así como también el número de controles policiales en un mismo sector, con pocos kilómetros de distancias, con idénticas requisitorias.
Para muestra el Valle de Lerma: las rutas 68 , 33, 51 y 36 son un hervidero de controles en algunas ocasiones que retrasan el tránsito y aquí hacemos un punto y aparte. En algunas ocasiones, como Serenata a Cafayate, o como la reciente Fiesta del Tamal, los controles iniciaban en El Carril, continúaban a pocos kilómetros en el puesto de Chicoana y luego uno más en el acceso a la localidad. El resultado fue un embotellamiento de vehículos y el chequeo de papeles y el conocido cuestionario policial era el mismo en todas las instancias.
Lo mismo sucede en RN 51, el control que se realiza en San Luis y/o en Villa Lola lleva las mismas preguntas, ¿de dónde viene?, ¿hacia dónde va?; si en el vehículo circulan más de tres personas la consulta continúa con ¿el auto es suyo?, ¿qué relación tienen con el conductor?, ¿le han cobrado por el pasaje?, etc; y en el puesto de Rio Blanco, también de RN 51, el cuestionario vuelve a repetirse. Tema aparte, si se deciden poner controles en todos los accesos a Rosario de Lerma por ejemplo. El conductor termina llegando con demoras y con una gran animosidad hacia los policías que se entienden solo cumplen órdenes.
Sumado a esto, existe algo mucho más preocupante, el Senador de Cachi, Walter Wayar, denunció que existen fallas en los nuevos alcoholímetros adquiridos generando “más demoras en las filas”, aunque no a explicado que tipo de fallas, estas están relacionadas con la precisión y el tiempo en que tarda en arrojar respuestas.
Valle de Lerma Hoy