Cuando todo hacía pensar que los comedores municipales permanecerán atendiendo las necesidades alimentarias de 5.00 niños en situación de vulnerabilidad social, se terminaron por cerrar por falta de presupuesto abierto de la comuna puesto que la actual gestión quiere entregar en este llamado proceso de transición las cuentas en orden y sin gastos “superflúos”.
El viernes dejaron de funcionar estos comedores abiertos desde febrero a diciembre. Son los comedores de Barrio San Jorge, El Tránsito, Parque Las Rosas y en el Centro Vecinal del Barrio San Martín. Se había aumentado la edad de los beneficiarios para llegar a una franja etaria con problemas de alimentación. Por ello que durante la gestión de Ignacio Jarsún, se incrementó hasta los 12 años el cupo para la asistencia de los niños. Incluso se habían mejorado los menúes. Sin embargo por expresas razones de “dejar todo en condiciones y con inventario exacto de utensillos se dieron por finalizada la asistencia alimentaria” expresa la nota enviada al nuevo Secretario de Gobierno Gustavo Pospos.
Como si los niños con hambre fueran un inventario. Nadie dio respuestas. Mientras sigue la danza de nombres de ñoquis que aún no se da a conocer por parte de la comuna, en forma silenciosa se cierran los comedores comunitarios. Pareciera que el chusmerio barato es mucho más importante que un plata de comida para un niño. En pocos días, lo poco bueno que se había logrado se tiró por la borda.
Valle de Lerma Hoy