La integridad en los funcionarios públicos, implica un interés y una responsabilidad hacia la ciudadanía, pero también hacia el proyecto político que representan. Por lo que la integridad, moralidad o como mejor gusten llamarle, se enfoca en la conducta de la persona en un cargo público, quien debería cumplir con sus funciones sin prestarse o llevar adelante actos “equivocados”.
Pero esta semana estuvimos asistiendo a un desfile de funcionarios públicos con dudosa integridad, Cerrillos lo encabezó. Funcionarios despedidos por abuso en sus funciones o por presentar una imagen que no corresponde con el lugar que ocupan, ni con ningún otro lugar. Concejales, diputados y algún que otro intendente de la provincia, por fin imputados por la avivada del IFE.
Si miramos la realidad de nuestro Valle de Lerma y del país, deberíamos preguntarnos, por qué sigue pasando esto. ¿Porque en realidad un cargo público es solo un negocio en este país?, ¿porque quienes ocupan un cargo público, no tienen el perfil necesario?, ¿porque como ciudadanos nos dormimos en los laureles y no exigimos más y mejores proyectos para nuestra comunidad?, ¿porque desde el estado no existen los mecanismos de control?; cualquiera sea la respuesta, debemos admitir que es el ciudadano quien permite, en la mayoría de los casos, que este tipo de funcionarios sigan o no en sus cargos.
Valle de Lerma Hoy
