90 días han pasado desde la desaparición del joven Sulca, quien se extravió en la zona de Chorro Malo el pasado 15 de septiembre. Aunque su familia y la policía lo han dado como desaparecido, su familia no pierde la esperanza de encontrarlo uno de estos días vivo o muerto.
El último rastro que dejó David fue la montura y un farol en la cumbre de Chorro Malo, un cerro que tiene más de 5.000 metros, en la zona de Las Capillas. Después de 15 días de intensa búsqueda por parte de los baqueanos y la familia; y de que los efectivos a cargo de la búsqueda regresaran sin ningún rastro que pudiera indicar que fue del paradero del hijo menor de los Sulca, las esperanzas se fueron apagando y la realidad se impuso, la familia debió continuar con su vida, pero siguen esperando saber lo sucedido.
Después de tres meses parece que el destino del joven de 19 años quedó perdido en medio de la inmensidad de las altas cumbres, en la soledad de las montañas que tal vez con el tiempo, tal como creen los padres de David, les devolverá a su hijo o al menos les dará algún indicio de lo que sucedió con él.
La desaparición del joven puso de manifiesto un hecho bastante evidente, pero que pocas veces tenemos en cuenta nosotros y ni qué decir de las autoridades; la inmensidad geográfica de nuestro Valle de Lerma, la falta de recursos del personal policial, lo extrema que es la vida en los cerros y el gran sacrificio que hacen cada uno de sus habitantes día a día para continuar viviendo en sus hogares.
Valle de Lerma Hoy