Los Toscano son una familia que hace diez años se preocupa por el arbolado que rodea la escuela primaria Gesta Sanmartiniana de Rosario de Lerma. Ellos ocupan su tiempo para cuidar cada uno de los treinta árboles, las flores y hasta mantienen el pasto cortado para que todos puedan disfrutar de este espacio verde y con sombra.Sin embargo, en estos días algunas de estas especies fueron dañadas por unos chicos de manera inexplicable.
Gajos estropeados y otras plantas arrancadas de cuajo. Los vecinos observaron a unos cinco menores que no superaban los 15 años rompiendo lo que tanto costó plantar. Los Toscano, enterados del daño ocasionado al arbolado, decidieron salir a concientizar a sus vecinos y a los miembros de la escuela, incluidos docentes y alumnos. Néstor, el padre de la familia, se toma su tiempo. Y cuenta cómo comenzó a sembrar tantos árboles de diferentes especies y con tanta dedicación sin buscar ningún tipo de retribución.
“Lo hacemos porque nos buscan los árboles y la naturaleza. Cuando fue inaugurada esta escuelita no habían puesto ni una planta a la vuelta de la manzana. Nosotros comenzamos plantando unos molles y un lapacho. Ahora tenemos varias especies bien crecidas que dan sombra y hacen confortable la imagen de la escuela. Del otro lado (de la escuela) también pusimos unos paraísos y hasta unos robles. El problema no son los chicos, son los grandes que no los educan para mejorar sus futuro”, cuenta don Toscano.
La indignación pasa porque al parecer fueron chicos del mismo barrio que dañaron los árboles. Pero pareciera que la gente observa los daños y no atina a hacer nada. La escuela Gesta Sanmartiniana fue levantada en una manzana completa. A su alrededor el arbolado está a cargo de esta familia por año. Don Toscano vive a media cuadra. Cuando crece el pasto en la vereda lindante del establecimiento educativo, don Toscano sale y corta el pasto. Limpia, riega junto a su mujer los árboles y todavía repara los dañados.
Valle de Lerma Hoy