“Visité las obras que está realizando en Bella Vista (Chicoana), entre ellas la canalización del río para prevenir problemas en la época de lluvias y la construcción de baños públicos para los fines de semana de fútbol y otras actividades. También se hizo entrega al Hospital de Chicoana de medicamentos donados desde Buenos Aires, gracias a la gestión de la Sra. Magui. Además, visitamos la sede del Club Sportivo El Carril, donde sus socios, están reconstruyendo las instalaciones. Por último, recorrimos la Escuela de El Tipal, donde seguimos trabajando en conjunto en el área educativa. Así seguimos, acompañando y trabajando con las instituciones que son tan necesarias para nuestra comunidad”.
Hasta ahí, el típico posteo institucional. Pero el contexto es otro.
Días atrás, el municipio de Chicoana fue duramente cuestionado por los propios vecinos tras comprar y donar apenas ocho conos al área de Tránsito, una “gestión” mínima que generó más risas que aplausos. Y ahora, en un clima de fuerte malestar social, aparece el Senador Esteba D’andrea, difundiendo visitas a obras que no gestionó, presentándose como protagonista de entregas y mejoras que dependen de otros.
En tiempos donde la clase política es señalada por su desconexión con la realidad, este tipo de publicaciones no hacen más que reforzar la sensación de que muchos funcionarios viven en un mundo paralelo, “el mundo de Narnía”, donde sacarse una foto equivale a trabajar y donde recorrer obras ajenas parece suficiente para justificar su sueldo. Mientras un maestro apenas cobra alrededor de 600 mil pesos, un senador provincial cobra más de 8 millones mensuales. Y aun así, insisten en mostrarse como si estuvieran “haciendo un enorme esfuerzo”.
Los vecinos ya no compran estos gestos vacíos. Ni la visita, ni la foto, ni el posteo maquillado. La gente espera respuestas reales, no relatos que intentan inflar gestiones que, en la práctica, brillan por su ausencia.
Valle de Lerma Hoy
