La falta de ambulancias en Rosario de Lerma se ha vuelto una situación crónica, peligrosa y, lo que es peor, naturalizada. Cada semana, nuevos hechos dejan en evidencia la grave desorganización del sistema de salud local, donde las emergencias quedan sin respuesta inmediata, poniendo en riesgo la vida de vecinos que dependen del hospital Joaquín Corbalán.
Accidentes, partos, traslados urgentes… todos tienen algo en común: la ausencia de ambulancias disponibles cuando más se las necesita. Lo más alarmante es que esta no es una problemática nueva. Hace más de dos años que se repiten los reclamos de la comunidad, sin que haya respuestas reales por parte de la gerencia del hospital ni de las autoridades responsables. Los móviles están, pero no funcionan, o simplemente no aparecen. ¿Están rotos? ¿Faltan choferes? ¿No hay combustible? Nadie lo explica. La falta de información y de transparencia agrava aún más la situación. En lugar de comunicar y asumir errores, la dirección del hospital guarda silencio o lanza comunicados fríos, desvinculándose de toda responsabilidad.
El caso más reciente ocurrió, cuando un vecino herido por un accidente vial debió esperar más de una hora tirado en la calle. La ambulancia que finalmente llegó no era del hospital local, sino de una localidad vecina. ¿Cómo es posible que Rosario de Lerma, con miles de habitantes, no tenga una sola unidad operativa al momento de una emergencia? La comunidad está cansada de promesas vacías y gestos mediáticos. Se necesita una solución urgente. No se puede seguir improvisando con la salud pública. No se puede esperar a que alguien muera para que recién ahí se actúe.
Valle de Lerma Hoy