Los vecinos de La Candelaria, Cerrillos, están cansados de las falencias del transporte público y de la infraestructura de las paradas. Estos cerrillanos que viven en la zona de ruta 26, Km10, dependen casi exclusivamente del colectivo de San Agustín, y si tienen suerte de los refuerzos de Santa Elena y la línea 7E, que solo opera para la escuelita rural local. La frecuencia limitada de los colectivos obliga a los vecinos a esperar hasta una hora y media entre colectivos, y en ocasiones, caminar más de 4 kilómetros hasta la zona de La Isla para poder viajar.
“Los colectivos no siempre respetan las paradas del centro, dejando a los pasajeros esperando indefinidamente” contó Romina a Valle de Lerma Hoy. A pesar de las solicitudes a la empresa Alto Molino para la señalización de paradas y así evitar esto, los vecinos siguen sin respuesta.
Otro problema crítico es el estado del parador frente a la escuelita rural Ernesto Sola. Hace años, un colectivo chocó y mató a una vecina, dejando el parador sin techo. Actualmente, los residentes, incluidos madres con bebés, abuelitos y niños de la escuela, deben esperar bajo el sol y la lluvia. Los reclamos son muchos y no son de ahora. Los vecinos de La Candelaria se sienten presos.
Valle de Lerma Hoy