En las elecciones del 14 de mayo en Cerrillos, Enrique Flavio Borelli se impuso a la intendenta en ejercicio Yolanada Vega, y actual candidata a diputada nacional por Unidos por la Patria, por diez puntos de diferencia.
Esta victoria fue considerada una doble hazaña, dado el peso que suelen tener los oficialismos en provincias como la nuestra, así como el sólido aparato político que Vega había construido desde su llegada a la intendencia cerrillana en 2015. A seis meses de que Borelli asuma el gobierno municipal, no se entiende quién perdió por una ´paliza contra Borelli, tenga la posibilidad de llegar a ser representante de Salta en el congreso nacional.
En primer lugar, la figura de Borelli mostró capacidad de empatizar con los demás y comprender los deseos y preocupaciones de los cerrillanos. La señora intendenta de Cerrillos muestra lo contrario. Nunca tuvo habilidad para el diálogo, menos gobernabilidad. Vega sólo demuestra que tiene cierta capacidad para acuerdos políticos que la preservarán en algún cargo.
Sólo eso. Nada más. Un riesgo para los salteños. Como tantos otros que llegan a ocupar cargos y no justifican para qué llegaron a lugares a donde se necesita idoneidad.
