En un rincón apartado de Cerro Negro de Tejada, la Escuela 4260 se destaca como un verdadero refugio para sus nueve alumnos. Estos niños viven en las instalaciones de la escuela durante toda la semana debido a la lejanía de sus hogares, que requieren varias horas de caminata o a caballo para ser alcanzados. Bajo la dirección del comprometido Carlos Vargas, esta pequeña institución educativa lucha por brindar educación y cuidado a sus estudiantes, en medio de un entorno aislado y de difícil acceso.
El 11 de mayo, un equipo del Colegio Alfarcito emprendió una travesía hacia la Escuela 4260. Después de atravesar la Cuesta del Obispo y Payogasta, dejaron las camionetas en Potrero de Belgrano para iniciar una caminata de aproximadamente 19 kilómetros. Durante el recorrido, se encontraron con personas que descendían de las montañas con burros cargados de mercadería para vender en Payogasta, un testimonio de la vida cotidiana en esta comunidad. Al llegar, fueron recibidos con un reconfortante mate cocido, pan casero y queso de cabra, preparados por la amable cocinera de la escuela Dominica Guitian.
En esta visita especial, el equipo presentó a “Mayo”, un divertido títere que hizo reír a carcajadas a los niños. Cada uno recibió un suéter tejido por las talentosas señoras del grupo “Padre Pío”. Además, se contó con la compañía de la doctora Elizabeth Lucena, proveniente de Tucumán, quien llevó medicamentos básicos para la escuela y se comprometió a regresar a los cerros en futuras oportunidades.
La labor de Carlos Vargas, la profesora de Educación Física Cecilia Zamora y la amable Dominica Guitian es muy destacada; ellos dejan de lado sus propias familias para entregarse de corazón a los niños, preparándolos para que sean personas sanas y de bien en un entorno desafiante como lo es la serranía.
Valle de Lerma Hoy