En la Sala II del Tribunal de Juicio, se lleva a cabo la audiencia de debate en un caso de homicidio agravado por la relación de pareja preexistente, en perjuicio de Orlando Rafael Amaya, en La Merced. La acusada es Carolina de los Ángeles Salva.
En la última jornada, el juicio se centró en la recepción de pruebas testimoniales, y varias profesionales del CIF declararon, incluyendo una licenciada en Servicios Sociales, una bióloga y una médica legal. La primera testigo presentó un informe social sobre Salva y Amaya, señalando que la pareja había mantenido una relación de aproximadamente seis años y que ambos habían estudiado y crecido en La Merced.
Además, la madre de Amaya declaró que la pareja había vivido juntos en su casa, pero que Amaya decidió mudarse a un inquilinato después de la pandemia. La madre también señaló que había escuchado que Salva compraba bebidas alcohólicas con frecuencia en una tienda cercana, y que le había exigido a su hijo que dejara ese hábito si quería seguir viviendo en su propiedad. Vecinos de ambos también declararon, destacando que tenían un buen concepto de ellos y que no habían presenciado situaciones de violencia entre ellos.
Sin embargo, otra vecina del inquilinato donde vivía Amaya declaró que había escuchado agresiones entre la pareja, y que Amaya dejó de saludarla después de que Salva le prohibió tener contacto con otros inquilinos. La bióloga que testificó presentó informes realizados en los laboratorios del CIF sobre muestras tomadas en la habitación donde residía Amaya, incluyendo una pistola, una pared y una almohada.
Valle de Lerma Hoy
