Para algunos vecinos, se expresaron en las redes, por otro desalojo a una familia rural en la zona de El Alisal, en Campo Quijano, porque un supuesto propietario de apellido factuoso, dice que le usurparon un cerro, pero que que jamás lo habitó, despertó una serie de críticas en esta comunidad. Quijano, en donde las escuelas tienen el nombre de personajes de prominentes apellidos, es la localidad con mayores problemas territoriales entre pueblos originarios, criollos y empresas.
Al caso de la familia Martínez, con pruebas de habitabilidad por los menos de 100 años a esta parte, se suma el de los puesteros de la Quebrada del Toro, las denuncias en Potrero de Uriburu, los terrenos de Jovanovic al pie de los cerros de la Cruz, y se suma las propiedades a un costado de la vías del tren en el Río Blanco. Para el juez Rodriguez Pipino, si estas familias no están asentadas como originarias no tienen nada que reclamar como derecho propio. Pero la prórroga de la ley 26160 que extiende el plazo para la suspensión de todo tipo de desalojos en comunidades originarias, no tuvo en cuenta. Así lo hicieron saber en un pronunciamiento el Consejo del Pueblo de Tastíl.
Pero hay un dato muy inquietante entre todos los reclamantes como propietarios legítimos. Sus apellidos los delatan como parientes directos o cercanos en segundo grado. Llama la atención que las causas de pedidos de desalojos caen en los despachos de los “parientes”. Por los datos recabados por Valle de Lerma Hoy, la zona de lecho del Río Blanco estaría próxima a ser cercada con alambres, porque con la ley de defensa de la propiedad privada, el reclamante puede prohibir el paso y circulación de terceros. Lo tenés en claro? Si no tenés apellido, no tenés derecho a reclamo.
Valle de Lerma Hoy