RUTA 51: LLUVIAS DEJAN AL DESCUBIERTO LA FALTA DE INVERSIÓN Y UN PROYECTO SERIO

A  8 años de que el chofer Carlos Medina volvía Salta Capital desde la Puna con una carga de litio cuando una avalancha de tierra lo tapó, en plena Quebrada del Toro y a la altura de Rió Blanco,  otros desmoronamientos en el camino siguen sucediendo a lo largo de este tramo que necesita una nueva traza, segura, y que soporte los embates de la naturaleza.  Desde el jueves hasta ayer domingo en la zona las lluvias no han parado, y los deslizamientos de tierra son constantes.

Los pobladores de la zona temen este tipo de aludes que bajan de las cumbres y que ocurren casi siempre por lluvias frecuentes y arrasan con todo a su paso. El año pasado, en enero, murieron dos puesteros a esta altura de la geografía. Un alud de gran magnitud tras unas lluvias repentinas bajó embravecido por las faldas de los cerros cercanos al paraje Abra la Cruz, a pocas horas a caballo de Pascha. Los deslaves se multiplican en varios aluviones cuando bajan a la parte baja de la quebrada. Siempre dejan ganado muerto, casas destruidas, plantaciones estropeadas, caminos y asfalto deteriorado.

Los registros para esta época, cuando apenas ha comenzado el otoño, son atípicos en la estación caracterizada por el gris de sus nubes y de los primeros vientos gélidos que ingresan a la zona del oeste salteño. Entre el jueves y el viernes provocaron nuevos desmoronamiento de tierra, piedras y lodo sobre la ruta 51. En esta oportunidad fue a la altura del paraje Ingeniero Maury, a tan solo 200 metros del Destacamento de Gendarmería que controla este camino internacional que une a la Argentina con Chile. Por ahora se puede circular pero con extrema precaución por estos repentinos deslizamientos que tapan al ruta nacional 51.

Valle de Lerma Hoy

 

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