Un escándalo se desató cuando el presidente del Club Atlético Nobleza salió a ventilar una demanda millonaria que impulsaba un actual concejal contra el club. Tras la repercusión del caso quisieron arreglar todo con una reunión y unas palmaditas en la espalda, pero poco se dice del proceso judicial en desarrollo.
“Nos llegó un juicio laboral donde el concejal Zárate nos reclama que trabajó aquí hace 22 años, del 93 al 2015, como canchero, maestranza, portero, sereno etc. pero no fue así. En el 2015 se lo intimó a desocupar la vivienda que tenía en las instalaciones del club y se fue por sus propios medios. Después de dos años hace esto. Pide 830 mil pesos que mas honorarios de abogados, sería un millón. El club no tiene recursos para afrontar esa suma, es imposible, sería la ruina. Además presenta como testigo a otra concejal”, decía Ramiro Ábalos, presidente del Club Nobleza, y explotó la bomba.
En los días subsiguientes hubo reuniones de simpatizantes y repudio al concejal Miguel Zárate, autor de la demanda, y la presión llevó a una reunión en el Concejo Deliberante, donde los contrincantes incluso terminaron en un abrazo.
Según Zárate, “levantará” el juicio que impulsó contra el Club: “Es algo personal que Ábalos tuvo contra mí desde que asumió la presidencia. Esto se hubiera evitado si había diálogo. Yo estaba dispuesto a todo porque nunca hubo un desalojo formal sino que me presionaron y tuve que salirme solo por seguridad. No me quisieron esperar ni un mes. Ahora se tendrán que hacer cargo de los honorarios de mi abogado y yo voy a retirar todo. Mi defensa y la de ellos quedará asentada en el juez. Que el club respire tranquilo. Siempre estuve predispuesto a un acuerdo pero no se podía por la soberbia del presidente del club”, apuntó.
Hasta el momento todo quedó en abrazos y discurso público, ya que un proceso judicial no puede levantarse como si nada. El tiempo dirá si las promesas son reales y a las palabras no se las lleva el viento.
Valle de Lerma Hoy