
El interrogante se vuelve aún más complejo si se tiene en cuenta que en gran parte del territorio provincial se hace uso del boleto estudiantil gratuito. En horarios escolares, el colapso de las unidades sigue siendo una postal habitual. Sin embargo, con la llegada de las vacaciones, el escenario cambia, hay menos pasajeros, y por ello menos frecuencias de colectivos y esperas cada vez más largas.
Vecinos del interior del Valle de Lerma advierten que en vacaciones los intervalos entre colectivos, que deberían ser de 5 o 10 minutos, se extienden a 15, 20 y hasta 30 minutos, afectando a quienes dependen exclusivamente del transporte público para trabajar, estudiar o acceder a servicios básicos. La caída en la demanda y la reducción del servicio parecen retroalimentarse, generando un círculo que perjudica al usuario. ¿Es solo una cuestión de consumo o también de calidad y frecuencia del servicio?
Valle de Lerma Hoy
