La contaminación del Dique Cabra Corral ya no es una advertencia futura: es una crisis ambiental en pleno desarrollo. Según diversos estudios técnicos, la ciudad de Salta —corazón urbano del Valle de Lerma— es el principal foco de contaminación que afecta de manera crítica al mayor espejo de agua de la provincia.
La descarga de efluentes cloacales e industriales sin tratamiento adecuado en el río Arenales es el principal vehículo de esta degradación. Las muestras analizadas son concluyentes: se detectaron niveles preocupantes de metales pesados como mercurio, cobre, cadmio y zinc, además de la presencia de bacterias patógenas peligrosas como Salmonella y Escherichia coli.
Sin embargo, la contaminación no se limita a la ciudad capital. Municipios como El Carril, Chicoana y Coronel Moldes también aportan su cuota de daño ambiental a través de residuos cloacales, industriales y agrícolas vertidos en ríos y arroyos menores que desembocan en el Cabra Corral. La falta de infraestructura básica de tratamiento de líquidos cloacales en estas localidades profundiza aún más la crisis, según revela un informe del Estudio de riberas de ríos y arroyos urbanos de la ciudad de Salta y alrededor de la UNSa.
La realidad es innegable: el Dique Cabra Corral está siendo lentamente asfixiado por una combinación de negligencia urbana, abandono municipal y ausencia de políticas ambientales serias. Mientras los discursos oficiales minimizan el problema o lo relegan a futuros planes de obras, la contaminación avanza sin pausa, comprometiendo uno de los principales recursos hídricos de Salta.
Valle de Lerma Hoy