“Que suba Miguel”, insistía la hinchada del exintendente capitalino, que quedó relegada a un codo del sector de la tribuna popular del Delmi. “Les pido por favor que tratemos de hacer silencio un rato”, tuvo que implorar Fernández, ante el disgusto indisimulable de Leavy. La visita de Alberto Fernández a Salta el sábado pasado evidenció una interna más caliente de lo que las apariencias dejaban ver entre los dos precandidatos a gobernador del Frente de Todos para las PASO provinciales.
El Delmi fue el lugar en el que la “grieta” entre Sergio Leavy y Miguel Isa se puso de manifiesto, pero revelada por la militancia que acompañó al vicegobernador al estadio polideportivo donde apenas dejaron hablar al candidato a presidente por el kirchnerismo, quien era el principal orador del acto proselitista que se desarrolló en el lugar.
Fernández tuvo que interrumpir en varias oportunidades su discurso por los gritos de los isistas, quienes reclamaban más protagonismo de su líder en la ceremonia, o por lo menos que estuviera arriba del escenario. “No vi una grieta. Fue un grupo minúsculo. A 16 personas les dimos las pulseras para que ingresaran, pensé que iban a venir dirigentes de primera línea y parece que vinieron solo militantes”, comentó Sergioi Leavy a los medios salteños.
En relación a Isa, comentó “es un rival circunstancial; los compañeros sabemos que después de las PASO vamos a seguir unidos”, agregó Leavy, fiel a la consigna peronista de “el que pierde, acompaña”, aunque ya circulan versiones sobre un posible salto de dirigentes del isismo hacía el sector de Gustavo Sáenz ante un eventual revés en las internas del 6 de octubre.
Valle de Lerma Hoy