Resolución absurda condenó a chicos y docentes a pasar clases congelados ¡Menos mal que comenzaron las vacaciones!

Mientras las temperaturas rozan los -2 °C en el Valle de Lerma y la ola polar azota con fuerza, una resolución tan absurda como inhumana sigue vigente en Salta: está prohibido usar estufas eléctricas en las aulas. Así, cientos de niños y docentes debieron soportar jornadas enteras en condiciones térmicas insalubres, sin más abrigo que sus camperas. ¿La causa? Una normativa ridícula y completamente inoperante del año 2018, que prohíbe el uso de calefactores eléctricos en las escuelas públicas por “riesgo de saturación del sistema eléctrico”.

Lo insólito es que, siete años después, el Estado no garantizó una solución alternativa, ni invirtió en infraestructura adecuada para calefaccionar las aulas. Y ahora, en pleno invierno, se criminaliza a quienes intentan cuidarse del frío. En muchas escuelas, las maestras deben encender las estufas a escondidas, con miedo a sanciones, mientras padres y madres reclaman desesperadamente por la salud de sus hijos.

La ministra Cristina Fiore —cuestionada desde su asunción— no solo reconoció la vigencia de esta medida absurda, sino que se excusó afirmando que la norma “está en revisión”, y hasta culpó a los intendentes por no poner en condiciones las escuelas.

La única “respuesta oficial” es que “ya viene el receso de invierno”, como si dos semanas fueran a compensar años de abandono. Solo unas pocas escuelas cuentan con calefacción —porque sus directores, por su cuenta, lograron mejorar instalaciones—, pero la gran mayoría está condenada al frío por una decisión estatal que privilegia la burocracia por sobre la salud y la dignidad.

Valle de Lerma Hoy

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