En una madrugada que quedará grabada en el corazón de muchos, Rosario de Lerma despidió a una de sus mujeres emblemáticas: Sarita Gerez. La reconocida dirigente política y expresidenta del Concejo Deliberante falleció tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), pero su partida no fue en silencio. Fue un acto de amor, un último gesto de generosidad: Sarita decidió ser donante de órganos.
Con el consentimiento de su familia, en las primeras horas del martes se activó un complejo operativo sanitario para concretar la ablación múltiple. Tres ambulancias, más de diez profesionales de la salud, y un trabajo coordinado entre el Instituto Médico de Alta Complejidad (IMAC), el INCUCAI y el Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes hicieron posible que su corazón, su hígado, sus riñones y sus córneas viajen hoy hacia nuevas vidas.
Las córneas quedarán en Salta, y permitirán que dos personas recuperen la vista. El corazón será trasladado al Hospital Italiano de Buenos Aires. Cada órgano lleva consigo un mensaje: la solidaridad puede trascender la muerte. Hoy, su historia será contada no solo como la de una dirigente, sino como la de una mujer valiente que supo amar hasta el último aliento.
Valle de Lerma Hoy