En otro orden de dramas que se viven en la comuna rosarina, contaron los empleados municipales que el secretario del interior de ATE, Gustavo Sarapura, estuvo este lunes en la Municipalidad para atender las denuncias realizadas por los recurrentes malos tratos que les propina el intendente Ramos, quién parece haber vuelto al ruedo con una furia pocas veces vista, y no precisamente con la dirigencia política opositora, sino con los pobres empleados que se sienten desprotegidos y carne de cañón de una guerra que no les pertenece.
Incluso contaron que Sergio Ramos, con su puño y letra escribe carteles que pega en las puertas de las oficinas y que rezan: “Se acabó la fiesta”. Además, dijeron que se molesta hasta cuando se levantan para ir al baño. Con los gobiernos de Jarsún y de Martínez (que no fueron ejemplo de nada) esas cosas no pasaban… porque no deben pasar en el XXI tras la abolición de la esclavitud en la Asamblea de 1813.
Según Sarapura “quedaron en un cuarto intermedio para reever todos estos temas reclamados por los trabajadores municipales”.
Valle de Lerma Hoy
