Para las farmacias del interior de la provincia la situación se torna cada vez más desafiante por la crisis económica. Los clientes habituales que dejaban “una seña” y luego cancelaban sus remedios quedó en la historia. Antes había confianza y el bolsillo alcanzaba. Esta práctica resulta especialmente problemática en tiempos de crisis. Para empeorar las cosas los farmacéuticos del interior se enfrentan a bajos porcentajes de ganancia debido a las bonificaciones y a las demoras en los reintegros.
“PAMI, por ejemplo, otorga una bonificación del 11 al 12%, pero, al mismo tiempo, establece precios diferenciales que obligan a vender por debajo del costo de adquisición del medicamento. Este sistema parece ocultar al afiliado el verdadero precio, dejando a la farmacia con márgenes mínimos”, acotó Manuel Pío Coronel, dueño de una farmacia céntrica de Rosario de Lerma.
Según este contexto, todas las farmacias en Salta operan a pérdida y la única salvación proviene de las ventas sin obras sociales, aunque estos clientes son la minoría. Coronel agrega: “vender con obras sociales resulta poco rentable hoy en día”.
Valle de Lerma Hoy