Un familiar directo de Maria A. fue condenado a 14 años por abusar de ella en reiteradas ocasiones. Luego del calvario vivida pudo contarlo y denunciarlo ante la justicia. El trauma fue grande. Se agravó cuando se ventiló en el juicio los pormenores de cómo la joven fue sometida por este depravado que vivía bajó su mismo techo.
Pasaron los años, exactamente 8 años y el abusador quedó libre. Tenía buena conducta y por el computo de penas se achicó la condena de 14 a 8 años. María A. vive en un barrio céntrico de Rosario de Lerma. En dialogo con Valle de Lerma Hoy, expuso la falta de justicia para las mujeres abusadas y el miedo que siente ante la presencia de su abusador en las calles donde ella vive “nunca fui notificada que este hombre iba a quedar libre. Menos que volvería a Rosario. Lo único que sé, es la perimetral existente para él. No se puede acercar a mi, pero igual lo cruzo en la vereda de enfrente o cuando voy a comprar pan, apenas lo veo me vuelven las imágenes de mi sufrimiento”.
Ella apeló ante organismos del estado por sus situación. Sus peticiones no fueron escuchadas. “No quiero que viva en el mismo pueblo donde yo pude formar mi familia. Nadie me respondió. Una jueza me advirtió que él ya pagó su culpa y tiene derecho a rehacer su vida”
“Igual lo cruzo en la vereda de enfrente o cuando voy a comprar pan, apenas lo veo me vuelven las imágenes de mi sufrimiento”
En Rosario de Lerma la Granja Penal alberga a varios condenados por abuso sexual que luego pasan a quedar en libertad. Varias veces se escuchó a los vecinos el reclamo de sacar esta granja de Rosario de Lerma para que los que terminan sus condenas no se afinquen en esta comunidad.
