Salta es la provincia que más ha avanzado en la vacunación contra el Covid-19. Hace unos días se habilitó la inscripción para mayores de 25 años sin comorbilidades; sin embargo es alarmante el número de personas que han tomado la decisión de no vacunarse. Poniendo en riesgo tal vez no su vida, pero sí la de muchas otras personas.
Hay que entender algo clave respecto de la vacunación, las decisiones que tomemos y afecten únicamente nuestra vida, son privadas y por lo tanto no pueden ser objeto de crítica. Pero, cuando se trata de vacuna si o no, la decisión personal tiene dimensión social. No se trata de someternos al libre albedrío, se trata de una cuestión de salud pública. En la medida en que una mayor cantidad de personas se vacune, irán disminuyendo los casos graves, internaciones y muertes.
La protección de una vacuna nunca es completa y con el aumento sostenido de casos, se tienen que reforzar las medidas de prevención, distanciamiento, ventilación de ambientes, lavado frecuente de manos, uso de barbijos. Responsabilidad individual, sin más. Porque la vacuna contra el Covid-19 es efectiva, como cualquier otra vacuna, pero su efectividad e impacto si no se vacunan las suficientes personas, será poco y no alcanzará para evitar más muertes.
La tan ansiada inmunidad de rebaño, como hemos comprobado en todo este tiempo, tardará en llegar, por lo que no se puede depender de ella para restablecer nuestra sociedad a la vieja normalidad. La vacunación, de la mayor cantidad posible de personas con la vacuna contra el Covid-19, es por el momento el único horizonte que ofrece una transición lejos de la pandemia. El reto está hoy en educarnos como sociedad, sobre la importancia de la vacunación, para construir confianza y hacernos responsables de la parte que nos toca.
Valle de Lerma Hoy
