Después de 1 año y 2 meses de cuarentena, la mano amiga de vecinos que ayudan a vecinos, se hace cada día más importante. La pandemia nos puso frente a una crisis no solo sanitaria, sino también económica y social, aún más grande de la que ya veníamos viviendo en el país.
Sin embargo, luego de todo este tiempo, la mayoría de las medidas de emergencia impuestas, acrecentaron en extremo las necesidades y desigualdades. Dejaron de prestarse muchos servicios; cerraron sus puertas refugios, comedores comunitarios y por mucho tiempo las escuelas también. Y los planes de ayuda bajados desde el gobierno no alcanzan para cubrir las necesidades de los sectores más vulnerables.
Y justo cuando la crisis fue mayor, aparecieron los vecinos. Ocuparon lugares donde las autoridades, políticos, gobierno y Estado no llegaron; amasaron pan para las familias necesitadas o acercaron una bolsa de mercadería a los aislados, un gesto que se replicó en todo el Valle de Lerma. Vecinos que de lo poco o mucho que tienen, lo comparten con las familias aisladas. El gesto de solidaridad más grande, que esta sobresaliendo de esta pandemia, es no hacerlos sentir verdaderamente aislados.
Algo que ha dejado muy claro esta pandemia, es que el distanciamiento social y físico no debe hacerse sacrificando las redes de solidaridad vecinal. Porque son estas redes las que están logrando que de a poco se pueda superar la crisis. Nadie, incluido gobierno, Estado y representantes políticos han sido capaces de trabajar realmente para mitigar los efectos de la pandemia. No pudieron tampoco equilibrar las medidas de emergencia para evitar o minimizar la catástrofe económica que estamos padeciendo. Redes de solidaridad tejidas por vecinos, logran mucho más, que nuestras autoridades desde sus cargos o desde la comodidad de sus casas trabajando por Zoom.
Valle de Lerma Hoy
