Alrededor de 300 repatriados internos, treinta multas por infringir las normas sanitarias preventivas y una mujer contagiada de coronavirus que luego se recuperó es el balance de estos más de tres meses desde que comenzó la cuarenta nacional. Los comercios en el Valle de Lerma, no se recuperaron, algunos cerraron, otros cambiaron de rubro. Los municipios debieron cerrar sus accesos ante el temor de la propagación del virus por esta parte de la provincia. Hospitales debieron improvisar ante la falta de recursos.
La pandemia cambió la región. Gente sin trabajo y solo dependiendo del estado. Con semejante efecto devastador del coronavirus, la región y sus 120 mil habitantes, intentan salir a flote.Los repatriados fueron y son el temor fundado de los vecinos. Hubo una seguidilla de reclamos por la improlijidad con que se realizaron los traslados. Rosario de Lerma, Cerrillos, El Carril y Campo Quijano fueron las localidades que más recibieron a los repatriados internos. Entre estos contingentes apareció el primer caso de COVID-19 en la región.
En mayo una mujer de 29 años dio positivo en Rosario de Lerma. Lejos de que la población entendiera sobre solidaridad y ayuda al prójimo, se desató una barbarie, una caza de brujas muy desalentadora. La mujer y su amiga que eran trasladas en una ambulancia fueron apedreadas por un grupo de violentos en el barrio donde permanecía aislada luego de llegar del sur del país.
La actualidad expone a un futuro incierto a la población. Si no fuera que gran parte de la población es parte de la administración pública, la región hoy estaría a la deriva.
Valle de Lerma Hoy