Quienes pueden colaborar con Carolina Marín, comunicarse al 387-154520510. En los últimos 5 años ha vivido una tragedia tras otra. Pero ella sigue empeñada en hacer reír. Carolina es la payasa “Pupé”, que hace reír en las fiestas de El Carril y Chicoana, su carisma y buena predisposición, la hacen un personaje infaltable en cada acontecimiento social. Ella divierte y hace reír a todos.
Apenas llevaba un año con su personaje recorriendo fiestas, tuvo un accidente en su hogar que la dejó postrada un año en una cama producto de tener el cuarenta por ciento de su cuerpo quemado. Una pérdida de gas en una cocina hizo que las llamas la envolvieran, y casi muere. Con el afecto de sus familiares y amigos pudo recuperarse, y así continuó con su personaje de “Pupé”.
Carolina Marín es profesora de corte y confección. Heredó de sus tías este oficio de coser, a los 13 años. Pasó aquel momento, y su inquieta voluntad la llevó a abrir un local de disfraces y uniformes en pleno centro de la localidad de El Carril, al lado de la comisaria N° 19. “Me ha pasado de todo, tuve un accidente donde me quemé el cuerpo, y cuando parecía que todo marchaba mejor para salir adelante, se me quemó el local de disfraces, perdí la mayoría de las maquinas, estoy casi en la calle nuevamente”, relató apesadumbrada “Pupé”.
Como ella cuenta, el lunes se incendió su local de ventas y taller de confecciones de disfraces y uniformes. Había dejado una vela puesta a San Cayetano antes de irse a su casa. La vela ardió y tomó el estante donde estaba la imagen religiosa, y luego devoró las máquinas y las telas de los trajes.Ese mismo día Carolina se tuvo que ataviar de “Pupé” y sonreír en un espectáculo con motivo de las fiestas patronales de El Carril: “Tuve que sacar fuerzas para mostrar la cara de la payasa, sin que la gente advierta mi sufrimiento”. “Pupé” es muy querida en El Carril y en Chicoana, sus gestos y ocurrencias han hecho reír a muchos por esta parte del Valle de Lerma. Esa misma gente le ha devuelto la sonrisa en estos días. Apenas enterados de esta desgracia, numerosos vecinos se acercaron a ayudarla. Los trajes y telas impregnadas con el hollín del fuego fueron llevados por los solidarios vecinos a sus casas para lavarlas y ponerlas en condiciones. Otros se llegaron al local para colaborar en ponerlo nuevamente en condiciones.
Valle de Lerma Hoy