El policía, folclorista e integrante de un coro parroquial, Marcos Bruno Flores de 31 años de edad, fue detenido esta tarde del sábado en Rosario de Lerma, por personal policial de civil de la Unidad de Delitos Sexuales (UDS) bajó la acusación de abuso sexual con acceso carnal contra su sobrina de 21 años, quién ventiló su calvario de ultrajes durante de 10 años al lado de esta depredador sexual.
Aunque aún sin custodia policial la victima, sigue internada en el Hospital Joaquín Corbalán, recibió la notificación de la fiscalía penal nº 2 de Delitos Contra la Integridad Sexual, minutos después que fuera detenido su agresor sexual, para presentarse el lunes a primera hora en sede judicial en donde deberá ratificar o ampliar el testimonio de sus tormentos al lado de su tío biológico, el agente de policía, Marcos Flores.
Flores fue detenido recién después de 9 días, porque la victima, su sobrina de 21 años lo denunció por reiterados abusos cometidos en el transcurso de 10 años y donde la joven vivía bajo el mismo techo del agresor, su abuela y su hermana.
Llamativamente, cuando las críticas en torno a este caso apuntan a la impunidad policial, la jefatura de policía mediante un comunicado expreso este sábado en la tarde que “al policía acusado se le retiró el arma reglamentaria, y fue apartado de sus funciones y posterior detención”.
Recién después de una semana, se activaron los mecanismos del estado para contener a esta victima de abuso sexual. Y la policía recién lo aparta, sin advertir que hace una semana, la denuncia estaba en curso. La vergüenza y el destrato hacia la victima hacen foco en el Ministerio de Derechos Humanos y la policía de la provincia, que recién, después de tantas críticas de la opinión pública, salieron a aplicar el protocolo para estos casos.
Valle de Lerma Hoy