La escuela Virrey Francisco Toledo de La Silleta sufre los aprietes de la crisis, que golpea sin piedad a los establecimientos del Valle de Lerma que intentan cumplir con el almuerzo de sus niños en jornada extendida.
Según el director de la institución, Martín Gutiérrez, para el funcionamiento del comedor –que ediliciamente no existe, sino que comen en las aulas- hoy es necesario hacer malabares económicos, ya que el gobierno destina 95 mil pesos mensuales para 492 alumnos entre primaria y nivel inicial, apenas 193 pesos para cocinarle a cada niño durante todo un mes: “La inflación nos obligó a buscar el máximo ahorro posible, compramos todo en mayoristas y nuestro menú trata de equilibrar nutrición con costos; servimos arroz, fideos y polenta con salsas, y una vez a la semana podemos permitir un puré con pollo”. A esto, se suma el desayuno de la mañana.
Días atrás, se quedaron sin gas debido al paro de petroleros de YPF en el sur, lo que retrasó la recarga de la garrafa para la cocina (no cuentan con gas natural) y despertó el malestar de algunos padres: “El pedido estaba realizado desde el 16 de mayo, pero no llegó y tuvimos que resistir” indicó el directivo.
Pero los problemas no terminan ahí; es crítica la necesidad de transporte para los alumnos tanto de primaria como del secundario Gesta Güemesiana, que funciona en el mismo edificio por la tarde. Niños y jóvenes llegan a caminar entre 4 y 10 kilómetros para asistir a clases, desde fincas y parajes aledaños como Villa María, La Falda, El Manantial y Potrero de Linares. La situación se agravó desde que el Colectivo Municipal dejó de circular. Quienes no tienen familiares en el pueblo que “apadrinen” sus estudios, terminan abandonando la escolaridad.
Valle de Lerma Hoy
