En la fiesta central hubo menos gente. Alrededor de 35 mil fieles. Aunque la festividad incluida la fiesta chica, celebrada la semana pasada y el ir y venir de peregrinos siempre suma más cantidad de gente que se acerca al santuario. Este año este aspecto nuevamente superó las expectativas, la festividad del Cristo de Sumalao, considera la segunda en importancia después del milagro salteño.
Monseñor Mario Antonio Cargnello ofició la misa y repartió las bendiciones a las manos que alzaban estampitas, cuadros, imágenes, rosarios y crucifijos. Lo acompañaron, como cada año, sacerdotes de toda la región vallista.
“Quizás tengamos odios, resentimientos, tristezas en el corazón, el peso de nuestras miserias. Dejemos que Cristo nos dé luz y fuerza. Sumalao siempre fue un lugar de encuentro: llegaban de otras provincias con mulas y bienes, era una zona de negocios. Y el Señor quiso quedarse aquí en su imagen para que sea siempre un lugar de encuentro entre hermanos”, dijo Cargnello en su homilía.
Durante el sábado a la noche y la madrugada de domingo cientos de peregrinos caminaron a la vera de las rutas provincial 21 y nacional 68 para llegar a los pies de la imagen del Cristo crucificado, ubicado en una finca de ese paraje, jurisdicción del municipio de La Merced.
Valle de Lerma Hoy/ Fotos: La Llave del Portal