El “pasto cubano”, una especie invasora de crecimiento acelerado, ya no se limita a los campos: hoy cubre rutas, caminos, jardines, plazas y hasta maquinaria vial abandonada.
Esta planta, que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura, se seca rápidamente con la llegada del clima seco, convirtiéndose en un material altamente inflamable. Ya no se trata de una advertencia teórica: los incendios generados por esta maleza ocurrieron en años anteriores y, con las actuales condiciones climáticas que se adelantaron a mayo, el riesgo vuelve a ser extremo. Es un invasor que puede provocar grandes incendios. Hoy, el “pasto cubano” no sólo invade los campos y desplaza cultivos: amenaza barrios, escuelas, plazas y rutas. Ha llegado a lugares impensados y crece con fuerza. Lo que antes era una preocupación sectorial, hoy es una emergencia ambiental y de seguridad.
¿Hace falta esperar otro gran incendio para reaccionar? ¿Quién se hará cargo si el fuego alcanza una casa, una escuela o una comunidad entera? El Valle de Lerma está rodeado de una maleza altamente inflamable y la inacción del Estado es su chispa. La mayoría de los incendios registrados en el Valle de Lerma durante 2023 —y en particular en años anteriores— tuvieron un origen común: el tallo seco del “pasto cubano”.
Valle de Lerma Hoy