César Mamaní un vecino de El Carril cansado de batallar, de esperar que el colectivo “chato” llegue para que pueda subir con su silla o que al articulado no se le trabe la rampa; hace un tiempo visibilizó su reclamo contra la falta de condiciones de las unidades de SAETA para transportar personas en silla de ruedas; el vecino llegó a recorrer la 68 hasta SAETA en su silla de ruedas.
Hoy el reclamo vuelve a ser el mismo, la inexistencia de acceso de las personas con discapacidad a las unidades de SAETA. Nos dicen que si el colectivo chato no llega, está el articulado, pero qué pasa que si se traba la rampa no subimos, dicen que son colectivos nuevos último modelo, la rampa se traba así que no podemos subir” relató a Norte Vision Noticias Cesar Mamaní.
“Yo hablo a nivel general porque nos sentimos discriminados, parece que las personas con discapacidad somos molestias para ellos, no quieren que progresemos, nosotros también queremos salir adelante, queremos independizarnos”.
Y si nos ponemos a hacer un recuento de los devenires que pasan las personas que tratan de acceder a una unidad de SAETA en su silla de ruedas resultan injustificable las condiciones en las que se encuentran las unidades. Hace unos días se viralizó la imagen de una abuela en un colectivo de Quijano, que estaba atada con una especie de cuerdas, porque el cinturón de seguridad para las personas en sillas de ruedas no funcionaba, en el mismo posteo contaban además que la subieron entre dos pasajeros porque la rampa tampoco funcionaba.
Ni hablar de las largas horas que algunas personas deben esperar por un colectivo chato o un articulado en algunas localidades o en la misma capital, y es que no a todas las unidades se puede subir una silla de ruedas y si encima la unidad destinada a tal tarea no se encuentra en condiciones es imposible que una persona en sillas de ruedas haga uso del transporte público; y tomar un remis también es impensado hoy. La mayoría de los autos son a gas y no hay lugar para la silla.
Valle de Lerma Hoy
