Los vecinos no tienen dudas de que se trata de desinversión. Alrededor de 20 mil pobladores estuvieron sin agua durante 20 horas porque las defensas de la zona de captación del líquido vital fueron arrasadas por la crecida del río Corralito y el desborde de un arroyo de montaña que baja desde la zona oeste de Cámara hacia Rosario de Lerma. El año pasado, en la misma fecha, ocurrió lo mismo. La historia se repite: vecinos recolectando agua de las acequias que cruzan la ciudad y otros, con algo de poder adquisitivo, comprando bidones de agua mineral.
Según la empresa estatal Aguas del Norte, el incidente “se produjo por un incremento de turbiedad en las fuentes de captación. Y para paliar la situación se dispuso de un sistema alternativo de reparto con camiones cisterna”. Lo peor es que en Rosario de Lerma un vecino común paga entre 350 y 500 pesos por un servicio siempre deficiente. Esta empresa tuvo todo el año para reparar y construir nuevas defensas de contención en el sector de Corralito y Cámara, para evitar estos vaivenes de la naturaleza, tan previsibles, pero no lo hizo.
El sistema de drenes (captación de agua subterráneas) fue instalado hace cuatro años en las vertientes naturales, en donde décadas atrás tenía un mantenimiento ideal a pesar de estar a cielo abierto. Hoy la situación ha cambiado. Sabiendo que los ríos de montaña crecen de forma repentina con el exceso de lluvias en las altas cumbres, estas nuevas captaciones de agua para la ciudad están desprotegidas. Las escasas obras de defensas siempre son vulneradas por el caudal de agua. Los arroyos, que escurren por las fincas del paraje Cámara, crecen y se llevan todo por delante.
Valle de Lerma Hoy
