Después de varias semanas de ocurrido el crimen de Jimena Salas, en Vaqueros, y sin novedades de la causa por el hermetismo con el que se la lleva adelante, la Fiscalía habría aceptado como querellante al marido de la víctima, Nicolás Cajal. Aseguran que apenas sucedido el hecho y sin indicios de quien sería el atacante, la fiscalía no había descartado ninguna hipótesis.
Una de ellas apuntaba contra Nicolás Cajal, el marido de la víctima. Con el avance de la investigación se recabaron pruebas que descartaron su responsabilidad, por lo que la Justicia dejó de considerarlo sospechoso y lo reconoció víctima, por lo que le permitió constituirse como querellante en la causa.
La atrocidad perpetrada en el crimen de Jimena Beatriz Salas hace suponer que el autor del crimen es alguien vinculado o al menos conocido de la víctima. Dicha presunción fue arrojada desde un primer momento por el fiscal penal Rodrigo Miralpeix y la causa luego pasó a manos de Pablo Paz; ambos estuvieron en el lugar del crimen.
Más de 40 puñaladas y ensañamiento expuso una escena brutal del crimen, sumado a otras características del lugar, donde no hubo un ingreso forzado ni se robaron elementos, hacen sospechar que la o las personas que ingresaron a la vivienda Cajal Salas eran conocidas de Jimena. No necesariamente esa o esas personas pueden estar vinculadas al círculo familiar de la víctima.
Según los investigadores de uno de los crímenes más sangrientos en la historia de la provincia, las pruebas importantes en la causa, como son las genéticas, biológicas y análisis de aparatos electrónicos como celulares y redes sociales, entre otros, son vitales para seguir el camino de la investigación y encontrar al autor del homicidio.
Valle de Lerma Hoy