
Al detener el Renault gris, la mujer que conducía presentó su documentación sin inconvenientes, pero la actitud de su pareja y el descenso visible de la suspensión trasera levantaron todas las alarmas. El panorama quedó expuesto cuando los uniformados pidieron abrir el baúl: encontraron cortes de carne vacuna recién faenada, sin sellos de frigorífico, sin guía sanitaria, sin DTE y sin ningún documento que acreditara propiedad o traslado.
El hombre intentó justificar la situación asegurando que arrendaba una finca cercana y que había carneado una vaquillona que “no logró parir”. Sin embargo, la Oficina de Bromatología local comprobó que los productos no cumplían con ninguna condición sanitaria, por lo que fueron decomisados en el acto.
La investigación se profundizó cuando la Policía y la Fiscalía se trasladaron a la finca señalada, donde hallaron restos frescos de la faena, un espinazo, un ternero muerto y un cuero oculto en una acequia, sujeto con alambres y todavía con grasa y sangre. Nada acreditaba la propiedad del animal. Ante la falta total de documentación y la sospecha de un posible delito rural, el fiscal penal Daniel Alejandro Escalante ordenó el secuestro del vehículo, de la carne y del cuero, además de la demora del acusado e imputación por violación de normas de policía sanitaria animal.
Valle de Lerma Hoy
