
El hecho, que se suma a una seguidilla de robos y faenas clandestinas en la región, desató la indignación de los productores, quienes apuntan directamente contra las autoridades locales y provinciales por el incumplimiento de las promesas de seguridad.
“Sería bueno que el senador y el intendente del Carril nos informen qué pasó con las gestiones de las cámaras de vigilancia. Ellos se comprometieron ante todos los productores a terminar el trámite con el Ministerio, pero hasta ahora no tenemos ninguna novedad”, expresó uno de los damnificados.
Otro productor recordó que la situación no es nueva:
“Cuando me robaron los postes, hay solo tres casas por donde pudieron sacarlos, y nunca tuve respuesta. Tengo cámaras, revisamos días enteros las grabaciones, y nada. Me volvieron a robar, puse cámaras solares por mi cuenta, la policía viene, hace despliegues que no sirven para nada, y todo queda en la nada”.
Los reclamos coinciden: los delitos rurales se multiplican y las autoridades brillan por su ausencia. La presencia policial es casi simbólica, y la falta de cámaras en los accesos rurales deja zonas completas en la oscuridad.
La indignación crece porque la instalación de cámaras de seguridad en los caminos rurales fue una promesa del anterior Ministro de Seguridad, anunciada durante una reunión en San Joaquín, donde participaron también autoridades locales y el senador provincial Esteban D’Andrea de Chicoana. Hoy, meses después, las promesas se disolvieron como el humo: la delincuencia avanza, los productores pierden animales y bienes, y las respuestas oficiales no aparecen.
“Anoche volvieron a visitarme. Una vaca menos. Con la Rural huellamos y recorrimos, pero nada. Ahora empieza la ceremonia de las cámaras, que supuestamente van a venir a revisar. Mientras tanto, nosotros seguimos solos”, cerró otro damnificado.
La ola de robos en fincas de El Carril, Chicoana, Cerrillos y Rosario de Lerma, ya es insostenible. Los productores rurales sienten que fueron abandonados a su suerte, mientras el Estado mira hacia otro lado y las promesas de seguridad se acumulan, una tras otra, en los discursos y no en los caminos.
Valle de Lerma Hoy