
Guirnaldas, luces cálidas y adornos tradicionales comenzaron a colgarse, transformando el espacio en un pequeño anticipo de la noche buena y recordándonos que en el interior salteño la Navidad se vive distinto, más cercana, más íntima.
En nuestros pueblos, las plazas vuelven a ser el corazón de los encuentros y el espíritu navideño que ya empieza a iluminar el Valle de Lerma. Así, El Carril no sólo tiene el pan de navidad más grande del mundo, sino también parece apuntar a tener la plaza más navideña de la provincia.
Valle de Lerma Hoy
