La mercedeña que venció a la burocracia para que su hija viva

La historia de Lorena Vargas, de La Merced, es el reflejo más crudo de lo que ocurre cuando la burocracia pesa más que la vida. Su hija Solange, de 14 años, padece un síndrome genético con cardiopatía, EPOC y discapacidad profunda. Desde el 29 de septiembre, su médico, el doctor Milton Godoy, solicitó con carácter urgente un respirador mecánico vital para la menor. Y la ayuda tardó un mes en llegar y llegó por la lucha de Lorena, no por ayuda de alguna autoridad.

Durante treinta días, Lorena recorrió oficinas, hizo llamados, presentó notas, denuncias y medidas cautelares. Su desesperación crecía al mismo ritmo que la indiferencia. “Llamaba todos los días y me decían lo mismo: ya está autorizado, ya está comprado”, contó. Pero el respirador nunca aparecía. Recién cuando decidió hacer pública su historia y exponer su lucha en los medios, la obra social OSPRERA finalmente entregó el equipo. Y la realidad es que el respirador no llegó por ningún milagro ni por ayuda de las autoridades. Llegó porque Lorena nunca se rindió.

Por eso Lorena criticó la falta de empatía y compromiso político: “Las autoridades me mandaron mensajes, pero nadie se movió. Me hubiera gustado que se acercaran a la obra social, que ayudaran a empujar para que cumplan con lo que por ley le corresponde a mi hija”. Hoy, con el respirador finalmente en casa, Lorena agradece a quienes difundieron su historia. “No lo hice por mí, lo hice por mi hija. Ella lo necesita para vivir”, explicó.

Valle de Lerma Hoy

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