
El operativo de control realizado esta semana dejó resultados positivos en materia de identificación de personas y vehículos, especialmente motocicletas, pero también expuso un problema social que va en aumento. Durante los procedimientos, se detectó sustancias para consumo personal en varios vehículos que ingresaban a esta ciudad.
“Encontramos marihuana y pasta base. No es contravención: es delito según la Ley 23.737”, explicó un jefe policial, Rodrigo Correa. Los controles se extendieron por distintos sectores críticos de la ciudad, donde se observan grupos consumiendo estupefacientes en espacios públicos.
“Hay que decirlo: en Rosario de Lerma hay consumo, y sabemos perfectamente en qué lugares se concentra”, reconoció el funcionario. Desde la División Drogas se insistió en que el objetivo no es criminalizar a los jóvenes consumidores, “son personas enfermas”, dijo, sino llegar a los verdaderos responsables: los vendedores, los mercaderes de la muerte.
En paralelo, los efectivos realizaron infracciones por consumo de alcohol en la vía pública, un hábito que también se volvió cotidiano. “Con el calor, la gente se sienta en las veredas, toma y piensa que no pasa nada. Pero está prohibido. Si los vemos, hacemos la infracción correspondiente”, recordaron.
El diagnóstico policial es claro: el consumo callejero de drogas y alcohol ya no tiene horario, ni límite, ni día. Una postal repetida en plazas, esquinas y barrios, que combina la desidia, la costumbre y un Estado que lucha por contener una problemática cada vez más visible.
Valle de Lerma Hoy