
La violencia y el narcotráfico comienzan a arraigarse con fuerza en el Valle de Lerma. Lo que hasta hace pocos años era una preocupación marginal —reducida a pequeños focos de consumo— hoy muestra una estructura en expansión: jóvenes involucrados en microtráfico, adolescentes armados, delitos violentos dentro y fuera de las escuelas, y una peligrosa normalización de la presencia del narcotráfico en la vida cotidiana.
Las detenciones de los últimos meses, los allanamientos en Cerrillos, Rosario de Lerma, El Carril y La Viña, y las denuncias de vecinos por venta de droga en kioscos, colectivos y plazas, confirman que el fenómeno dejó de ser periférico. “Hace cinco años no se veían dealers en los pueblos del valle. Hoy hay chicos de 16 o 17 años que manejan dosis, cobran y reparten. Algunos lo hacen con total impunidad”, reconoció un investigador policial consultado por Valle de Lerma Hoy.
De acuerdo con informes de la Dirección de Drogas Peligrosas, durante 2024 se decomisaron más de 7 millones de dosis de estupefacientes en la provincia, incluyendo 1.122 kilos de cocaína y marihuana. En los operativos se detuvieron más de 430 personas, varias de ellas menores de edad o jóvenes que no superaban los 25 años.
En Rosario de Lerma, un caso reciente expuso a un grupo de adolescentes que distribuía droga en fiestas clandestinas organizadas por redes sociales. En Cerrillos, los operativos dejaron al descubierto una red de venta “menorista” que usaba kioscos y puntos de carga virtual como pantalla. En La Viña, un joven de 22 años fue detenido tras comprobarse que usaba su local como centro de acopio y venta.
La situación del Valle de Lerma guarda preocupantes similitudes con el escenario de Florencio Varela, donde tres jóvenes —Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15)— fueron asesinadas por una organización narco en septiembre pasado. Las chicas fueron engañadas con la promesa de asistir a una fiesta y terminaron víctimas de una trampa delictiva, ejecutadas como parte de una venganza narco.
Las autoridades bonaerenses confirmaron que el crimen fue una advertencia de bandas dedicadas a la venta de drogas al menudeo, que reclutan, utilizan y descartan a jóvenes —muchas veces mujeres— para sus operaciones. “Cayeron en una trampa narco”, declaró el ministro de Seguridad de Buenos Aires.
El paralelismo con el Valle de Lerma es inquietante: menores reclutados para vender, transportar o consumir drogas; fiestas clandestinas con alcohol, sexo y estupefacientes; redes sociales usadas como canales de contacto; y una comunidad que comienza a acostumbrarse a convivir con estos delitos.
Valle de Lerma Hoy