
En casi media hectárea, se plantaron papas de diversas variedades: coloradas, cuarentonas, toncas, blancas y señoritas. La cosecha, que se espera para mediados de mayo, es el resultado de más de 33 años de dedicación y amor por la tierra. Este año, además de las papas, la familia Ríos-Gutiérrez está sembrando habas, arvejas y maíz capia, diversificando así su producción.


La pequeña granja que mantienen también es hogar de abejas, ovejas y perros pastores de la raza collins. Los caballos, utilizados únicamente para la siembra, y un tractor Fiat 400, son las herramientas que permiten arar las tierras y asegurar una cosecha fructífera. La producción no solo se destina a la venta, contribuyendo a la economía familiar, sino también al autoconsumo, garantizando la autosuficiencia de la familia.

Andrés y Stella son un testimonio de resiliencia y conexión con la naturaleza. En un mundo que a menudo se olvida de sus raíces, ellos nos muestran a 3.800 metros de altura la importancia de vivir en armonía con la tierra y valorar cada fruto que ella nos brinda.
Valle de Lerma Hoy
