Tenía su pasaje para viajar a San Bernardo, a pasar el fin de semana largo con amigos. Era el regalo de cumpleaños de su “padrino”. Pero a diez horas de que saliera el micro, Pablo Kukoc (18) cometió un error que pagó con su vida: asaltó al turista estadounidense Joe Wolek (54), escapó y fue baleado por un policía. Murió el martes pasado, el mismo día que debería haber regresado del viaje.
Kukoc era salteño y hacía seis años que vivía en La Boca junto a su madre. A las 8.30, y a tres cuadras de la casa de Kukoc, los dos jóvenes se cruzaron con el fotógrafo estadounidense Joe Wolek en la esquina de Olavarría y Garibaldi. Le quisieron robar su cámara y otras pertenencias. El turista terminó recibiendo diez puñaladas en la cara, el cuello y el pecho. Luis Oscar Chocobar (30) también es salteño, nacido en la localidad de La Merced y, al igual que Kukoc, vive en La Boca. Desde octubre de 2015 es agente de la Policía Local de Avellaneda. Cuando atacaron a Wolek estaba de civil. Al oír los gritos, corrió para intervenir en el ataque. Los dos ladrones huyeron a pie y el oficial los persiguió tres cuadras. En circunstancias que todavía se investigan, Chocobar le disparó a Kukoc. No está claro si lo hizo mientras lo corría o si, como él mismo declaró, el asaltante amagó con sacar un arma de la cintura para intentar escapar. Eso será clave para resolver su situación, ya que si bien se encuentra en libertad, el agente continúa siendo investigado por el tiro mortal a Kukoc.
Kukoc no tuvo la misma suerte. Nunca pudo lograr estabilizarse después del estado “gravísimo” en el que entró a la guardia. Fuentes del caso informaron que la herida de bala en el abdomen le afectó el hígado, el intestino delgado y el colon. También sufrió una fractura de fémur. El mismo día que Joe abrió los ojos, la vida del ladrón salteño se apagó para siempre.
Valle de Lerma Hoy /Clarín